¿Conoces el proceso emocional que viven tus clientes para realizar lo que les estás pidiendo?

Hoy día se habla mucho de mensaje, posicionamiento o diferenciación.

Pero para mí todo en un negocio digital en base al conocimiento se basa en una sola cosa:

Qué tan conectado estás con los deseos y necesidades profundas de tu cliente.

Tu negocio puede tener la mejor experiencia visual del mundo: unas fotos espectaculares y un manual de marca para envidiar.

Pero si no logras que tu cliente:

  • Se lea entre tus líneas

  • Se identifique con tus palabras

  • Se reconozca en tus procesos

Entonces será muy difícil que confíe en ti y se comprometa contigo.

Esta puede ser una de las razones menos habladas pero más importantes del cambio del mercado en los últimos tiempos.

En un mercado donde todos prometen lo mismo, ¿Cómo puedes marcar la diferencia?

Conociendo y describiendo el proceso emocional que viven tus clientes para realizar lo que les estás pidiendo.

Piénsalo.

Cualquiera puede hacer una gran promesa copiada de otro producto o de otro experto.

Pero si alguien no ha vivido en carne propia lo que promete, su mensaje se queda vacío, le falta sustancia, dimensión y profundidad.

Te doy un ejemplo:

Un experto en marketing americano de 28 años: soltero, con todo el tiempo libre para dedicarle a su negocio y a hacer ejercicio no tiene ni idea de las restricciones y complicaciones de tiempo que puedo tener yo:

Una mujer de 40, con temas hormonales, energía que sube y baja, una hija que corre por toda la casa, que intento comer bien, hacer ejercicio 3 veces por semana y aparte, liderar una empresa que transforma miles de vidas.

En algún momento llegué a pensar que jamás sería exitosa en los negocios digitales al menos que tuviera unas abdominales perfectas como las tienen esos “bros” americanos. Ni se diga de la casa enorme con piscina y el Ferrari en la puerta.

¿Ves la desconexión?

Mi vida no se parece en nada a la vida de ese experto.

Al menos que ese experto se tome el trabajo de entender algunas de mis limitaciones, su mensaje se quedará corto, simplista y desconectado de mi realidad. No puedo confiar en él. Y no puedo exigirme seguir los pasos que propone cuando estamos jugando con reglas de juego completamente distintas.

Los retos que el llama “excusas” o “mediocridad” son literalmente mis mejores esfuerzos de algunos días. Y para mí eso tiene un valor incalculable que el no puede entender.

El mayor valor que podemos transmitir a nuestros clientes no es cómo ser exitosos cuando vuelan con dos grandes alas, sino, ¿cómo seguimos apostando por nuestros negocios cuando tenemos las alas rotas, enfermas, débiles o cuando nos han quitado las alas?

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Por eso es fundamental poner en contexto lo que le pides hacer a tus clientes.

Algunas veces las personas no compran, porque no creen que es posible para ellos lograrlo.

Ven tu resultado muy lejano de su realidad.

Por eso es crucial que contemos nuestro comienzo, nuestros retos y nuestro proceso: lo bueno, lo malo, lo complicado. Para que nuestros mejores clientes también crean que es posible para ellos porque se ven reflejados en tu proceso.

Tu transparencia y tu vulnerabilidad son un regalo que inspira a tus mejores clientes. No son un signo de debilidad, sino de autenticidad y de carácter. Tienes tu sabiduría ganada con sangre, sudor y lágrimas. Tienes las cicatrices para demostrarlo.

Compartir tu realidad solo puede espantar a un tipo de persona:

Aquella que para comprarte necesita verte lejano, demasiado arriba o ponerte en un pedestal. Aquella que necesita un referente imposible de alcanzar como prueba de su baja estima.

¿Te identificas con esto?

Te voy a dar un ejemplo real de lo que significa “conocer la experiencia emocional de un cliente”.

En el pasado mes de Junio compartí una Mastery Session (clase intensiva en vivo) llamada: Una nueva visión para tu negocio digital.

El objetivo de esta clase era ayudar a los emprendedores digitales a diseñar una visión contundente que les inspire a tomar las acciones necesarias desde una disciplina real y sostenible.

Al inicio de la clase, les pregunté a las participantes:

¿Cómo te hace sentir tu negocio digital en este momento?

Estas fueron sus respuestas:

  • Falta de energía absoluta

  • Caótica

  • Perfeccionismo

  • Aburrimiento

  • Distraída

  • Enojada

  • Falta de claridad

  • Ansiedad

  • Procrastinación

  • Indecisión

  • Aburrida

  • Falta de ideas

  • Falta de inspiración

¿Tu crees que en ese momento mi labor era mostrarles resultados, éxito, viajes o dinero?

Eso no era lo más relevante en el momento.

Lo más relevante era ayudarles a validar sus emociones y brindarles un proceso para transitarlas y salir de ellas.

Solo desde el otro lado puedes volver a emocionarte con los resultados tangibles y emocionantes de tu negocio.

Cuando alguien se siente mal y frustrado con su negocio, intentar solucionar eso prometiendo ventas y dinero, es como querer curar un hueso roto comiéndote un helado. No tiene ni el más mínimo impacto.

Mi objetivo con este artículo es invitarte a reflexionar:

  • ¿Me he sentado a pensar y analizar el proceso emocional de mis clientes?

  • ¿Conozco mi propio proceso emocional para entonces poder usarlo como vehículo de conexión?

  • ¿Donde se queda corto mi mensaje, hablando solo de promesas y resultados, pero sin conectar con el valor profundo humano que mi cliente necesita?

  • ¿Cómo puedo éticamente revelar mis retos y victorias para inspirar a mi cliente?

  • ¿Cuales son algunas emociones que mis clientes expresan durante nuestras sesiones?

  • ¿Le he preguntado a mi cliente como está y cómo se siente?

Recuerda: Todos estamos en el negocio del potencial humano.

Sin importar si vendes salud, mentalidad, marketing, copywriting o embudos, todo empieza cuando una persona se mira al espejo y dice:

“Quiero un cambio. Merezco algo mejor. Voy a apostar por mi. Tengo miedo pero voy a buscar ayuda. Tengo miedo pero voy a invertir”.

Y ese deseo inicia porque su potencial dormido se ha despertado y le está guiando. Esto es algo que va mucho más allá de ti.

Que todos elevemos el respeto a nuestros clientes y a su deseo de ser felices. Que todos elevemos lo verdaderamente valioso que está sucediendo aquí.

Esa es la gran misión de Elevated Business.



¿Te ha parecido útil?

Me encantará saber de ti.

¡Gracias por leer!

 

Diana Zuluaga

Fundadora y CEO de Elevated Business

Consultora y Business School de soluciones conscientes para empresarios digitales en expansión.


 
 
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